Pierdo el miedo a perder

“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos
para cambiar lo que somos.”
Eduardo Galeano

Soy consciente que este año, el escenario político es bien diferente a lo que hasta ahora había sido; los grupos políticos que quieren aspirar a gobernar se han disparado, son cada vez más. Y las personas que van a continuar siendo gobernadas son cada vez menos…menos indiferentes, menos conformistas, menos pacientes.

Es lógico y deseable que exista una exigencia cada vez mayor a nuestros representantes; y lo es, porque en los últimos años hemos perdido tantos derechos conseguidos por los que nos precedieron, tantos e importantes derechos laborales, sanitarios, educativos, sociales, etc, que cada vez nos queda menos que perder…y cuando ya no hay nada que perder, se pierde algo mucho más esencial, se pierde el miedo.

Y cuando las personas perdemos el miedo, nos movemos… y nos movemos mucho y de muchas formas; mi forma de movilizarme en este momento está siendo, presentándome a las elecciones en mi ciudad, junto con un grupo de personas que también han perdido el miedo hace tiempo.

Pero deseo puntualizar, ni yo, ni mis compañeras/os de candidatura nos presentamos a estas elecciones para desbancar a nadie, ni para aprovechar una oportunidad, ni para “pescar en ríos revueltos”. Nos presentamos para ejercer un compromiso necesario con nuestras vecinas/os.

Yo me presento a estas elecciones porque cada vez que miro a los ojos de muchos jóvenes y veo en ellos el miedo al futuro, a la vida, pierdo el miedo a perder. Cada vez que veo a una persona buscar en un contenedor de basura, cada vez que escucho a alguien decir que no puede tener calor en invierno, porque no tiene calefacción o casa… cada vez que veo que un estudiante tiene que dejar de serlo, porque no puede pagar sus estudios, cada vez que veo como los servicios públicos se van convirtiendo en privados y a todas y todos se nos pone cada vez más obstáculos para acceder a ellos, cada vez… pierdo el miedo a perder.

Yo me presento a las elecciones, porque cada vez que echo una vista atrás en el tiempo y visualizo el esfuerzo y el valor de nuestros mayores, por conseguir dejarnos una sociedad justa, no puedo admitir “lo que estamos tragando”, pierdo el miedo a perder.

No quiero escuchar más que si ganamos el voto “desencantado” podemos conseguir algo. Queremos el voto, si, pero el de aquellas personas que ya no tienen miedo, de los “encantados” que quieren conquistar de nuevo sus derechos, de los que quieren ser respetados; queremos el voto de aquellos que tienen como prioridad mejorar la ciudad en la que vivimos, queremos el voto para conseguir algo, si, recuperar la dignidad social e individual que hemos perdido. Ese es el voto que queremos. El de la esperanza y el compromiso en construir algo nuevo y mejor. Porque, a decir verdad, de lo único que en este momento tengo miedo es de ver a nuestros jóvenes crecer en la desconfianza, en la indiferencia, en el escepticismo y en el miedo.

Es el aquí y el ahora. Es el momento de que la Esperanza venza al miedo, la capacidad a la inercia y el compromiso al interés.

Empezaba mi reflexión con una cita de Eduardo Galeano, que nos ha dejado esta semana, y la acabo con la de otro grande que también nos abandonó, Günter Grass:

“Cuando algo es moralmente correcto hay que defenderlo sin preocuparse de las consecuencias políticas o personales que vamos a pagar”.

¡Comprometámonos!

(*) Carmen Villaverde es candidata a la Alcaldía por IU-Astorga – compromisoXastorga