Los recortes que el gobierno ha impuesto a las clases populares de este país han sido vendidos como inevitables. Sin embargo, el montante total de los recortes en educación y en sanidad, que han sido brutales, lo son por cantidades todavía inferiores a las transferencias finalistas que este realiza en favor de la iglesia católica, que son astronómicas y ni siquiera han sido recortadas en un céntimo. Es decir, hay dinero para la iglesia, pero no para nuestra educación ni para nuestra salud. Con esta política, el gobierno no solo demuestra que la respuesta a la crisis es una estafa -lo que cada día está más claro-, sino también que las capas populares somos las víctimas elegidas para pagar por todos los males que no hemos provocado.
imagen tomada de la web del Diario de León |
En todas las crisis siempre hay sectores que se benefician de ellas. Hoy algunos sectores se están lucrando masivamente de la miseria cada vez mayor en la que vivimos. Entre estos carroñeros se encuentra la iglesia católica. Y es que la desvergüenza de esta organización parece no tener límites. No les vale con seguir practicando un nacionalcatolicismo de extrema derecha tan ajeno a los principios en que se dicen inspirar; tampoco les basta con seguir exigiendo su cuota de poder político en la sociedad, aun a pesar de la aconfesionaldad del Estado consagrada en la Constitución; Ni tampoco les basta con pedir que se marque la X en la casilla de declaración de la renta, sabiendo que es una gran mentira, pues ese dinero luego sale del bolsillo de todos los contribuyentes, no solo de los que la marcan. Por no seguir nombrando tantos y tantos ejemplos tan sangrantes para todos los ciudadanos, incluidos los cristianos de bien.
Y es que la iglesia católica vuelve a demostrar que no tiene escrúpulos cuando las monjas clarisas piden al ayuntamiento de esta ciudad que sufrague las obras en un inmueble de su propiedad. (Esperemos que ese inmueble lo hayan adquirido en un proceso adecuado y no se lo hayan apropiado como han hecho con tantos inmuebles que antes eran del pueblo y ahora pertenecen a la jerarquía católica sin existir compraventa alguna, tal y como ha denunciado el grupo de IU en el Congreso de los Diputados).
Exigimos al ayuntamiento que recuerde que todos somos iguales y que los privilegios a las minorías son los que nos han llevado al callejón en el que nos encontramos.
En IU-Astorga,opinamos que el ayuntamiento se debe negar en rotundo a prestar su ayuda; y que en el caso de plantearse la intervención, deberá ponderar previamente criterios serios de justicia social, de modo que entenderá que hay situaciones de mucha mayor emergencia que esta.
En definitiva, el ayuntamiento debe negase a colaborar, porque entendemos que sí ayuda a las clarisas, deberá tratar del mismo modo al resto de los ciudadanos.De otro modo actuaría en lo que se denomina una desviación del poder, que si se lleva a cabo a sabiendas es algo propio del Fascismo.
Pero en IU-Astorga creemos que sí hay que proteger el patrimonio. Por ello, vemos como única opción para ayudar en el sostenimiento del inmueble, que este sea donado al ayuntamiento previamente para pasar a formar parte de patrimonio público municipal. Si así se hiciese, apoyaríamos decididamente que el ayuntamiento se comprometa a repararlo, siempre que se garantice previamente su uso posterior en base a criterios no discriminatorios.
Nuestra postura, la de IU-Astorga, es la única opción que cabe plantearse desde una óptica laicista. Y también la única posible desde criterios que tengan en cuenta la más elemental justicia social. Por ello, exigimos con firmeza al ayuntamiento que haga oídos sordos ante esta nueva bravuconada de la iglesia.
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