El Gobierno de la Enredadera vuelve a incumplir el plazo comprometido para iniciar las obras del Melgar

Otra vez más, el `gobierno de la enredadera´ ha vuelto a incumplir el plazo anunciado para iniciar las obras del Melgar, obras que llevan paralizadas desde mediados del verano, coincidiendo con la detención del Alcalde y un grupo de concejales del gobierno PP-PAL en el marco de las operaciones anticorrupción llevadas a cabo por la Fiscalía en colaboración con la UDEF. Desde entonces, esta obra ha permanecido paralizada en extrañas circunstancias, sobre las cuales preguntamos en el último Pleno, dándose a este grupo la siguiente contestación: “se les contestará por escrito” (eufemismo que este gobierno utiliza para no contestar a la oposición ante preguntas comprometidas como esta).

En esta ocasión, el compromiso del `gobierno de la enredadera´ era que dichas obras comenzaran entre finales de noviembre y principios de diciembre. El año se termina y esta obra pasa a engrosar la amplia lista de compromisos incumplidos por los concejales no adscritos, el PP y el PAL.Nos preguntamos si esta es la capacidad de gestión del PP cuando actúa dentro del marco de la ley.

Mientras tanto, la paralización de esta obra sigue perjudicando al comercio de nuestra ciudad, sin parecer que ello le importe demasiado al Alcalde, ni a los concejales que ostentan las delegaciones de obras y de comercio, los cuales aún no han pedido ni siquiera unas disculpas públicas por ello.

A nuestro juicio, las obras del Melgar resumen a la perfección esta pésima legislatura, la cual terminó de forma abrupta en el mismo momento en el que los concejales detenidos decidieron permanecer en sus puestos de dirección municipal, aun después de que se conociera por la prensa el contenido de grabaciones con conversaciones absolutamente impropias de dirigentes de una ciudad como esta. Desde entonces, Astorga carece de rumbo, de dirección y ni siquiera es capaz de tramitar y ejecutar dentro de los plazos comprometidos una sencilla obra como la del Melgar.

Como se puede comprobar, la enredadera no solamente ha afectado a la imagen de Astorga y a la legitimidad de este gobierno y de los títeres que lo sostienen, sino que también tiene efectos negativos directos en el comercio y en todos los sectores de la ciudad.

Es urgente una regeneración democrática profunda para que Astorga pueda volver a tener futuro.