La fuente de agua de la Eragudina
es utilizada por cientos de personas todos los días. Muchas familias enteras
beben a diario ese agua.
Desde que se abrió al público, el
Ayuntamiento ha colocado en ella varios carteles con mensajes como “agua
potable no tratada” o el actual “agua no tratada”. Parece que con la colocación
de ese cartel, el Ayuntamiento se ha querido lavar las manos respecto a un
posible problema de salud pública relacionado con el consumo del agua de dicha
fuente. No obstante, queremos recordar la competencia municipal que le atribuye
la ley de bases del régimen local y que se concreta en la legislación sectorial
sobre salud pública.
En la asamblea de IU-Astorga,
recordamos al Ayuntamiento tiene el deber de realizar de forma periódica
controles sanitarios en las fuentes públicas para saber si es apta para el
consumo o no. Entendemos que el control periódico de esta fuente y del resto, así como la difusión pública de sus resultados, aparte de tratarse de una cuestión
legal, constituye una responsabilidad ética de primerísimo orden. Y más cuando hay una gran cantidad
de ciudadanos bebiendo esa agua.
Creemos que la ciudadanía de
Astorga está muy interesada en conocer cuáles son los controles sanitarios que se
realizan en el agua de la fuente de la Eragudina y si estos se corresponden con
los que dicta la ley. Además, teniendo en cuenta el antecedente del agua de
Nistal, creemos que es conveniente saber si se hacen controles especiales para
la detección de otras sustancias tóxicas no biológicas como el arsénico y otros
metales pesados.
Por supuesto, estas cautelas se
deberían extender también a las demás fuentes públicas procedentes de pozos artesianos
que haya en Astorga.
Creemos que se trata
por lo tanto de un tema que es suficientemente importante como para informar
claramente a la gente en lugar de colgar un mísero cartel con el mensaje “agua
no tratada”.
Un cartel más riguroso informando
de los controles efectuados, su fecha y su resultado, sería más conveniente.
Es obvio que si la concejalía realiza estos controles diligentemente no tendrá inconveniente en seguir esta recomendación, que entendemos sensata y oportuna. El silencio supondría una sombra de duda que podría ser inquietante y pondría en tela de juicio el control de la salubridad pública en las fuentes de la ciudad.
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