sábado, 20 de diciembre de 2014

IU-Astorga opina que el Ayuntamiento debería pintar los pasos de peatones con medios propios sin necesidad de recurrir a una empresa externa

A juicio de IU-Astorga, este solo es un ejemplo más entre tantos de mala gestión de los recursos municipales


IU-Astorga ha conocido por medio de la prensa local que los pasos de peatones de las Avenidas de Ponferrada y de las Murallas han sido pintados por medio de una empresa privada contratada por el Ayuntamiento.

En IU-Astorga no entendemos que se recurra a una empresa externa al Ayuntamiento cuando cuenta con su propio personal de la brigada municipal de obras. Podemos entender que la plantilla de la brigada municipal esté muy cargada de trabajo en estas fechas. Sin embargo, lo que no entendemos entonces son las prisas por pintar los pasos de cebra teniendo que contratar a una empresa externa. En IU-Astorga creemos que la pintura de los pasos de peatones podía esperar hasta que terminase la navidad y Astorga recuperara a su tranquilidad de nuevo.

En IU-Astorga entendemos que desde el Ayuntamiento se debe gestionar con sumo cuidado cada euro de dinero público, partiendo de un criterio de austeridad que prime la  sobriedad en lo accesorio y la abundancia de recursos bien administrados para las necesidades.

Este es solo es un pequeño ejemplo de mala gestión municipal, pero que por desgracia es estructural, como podemos observar en la gestión de los servicios públicos de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria, de abastecimiento de agua potable y depuración de aguas residuales, en los que se prima la externalización, la privatización y el lucro privado frente a la defensa de lo público y lo común, de la acumulación de recursos para generar empleo y prestar mayores servicios teniendo como fin el bienestar social.

Por último, esperamos que esta forma de dilapidar el dinero público mediante desastrosas gestiones no se convierta en la tónica general a aplicar por el equipo de gobierno de Astorga en la última recta de la legislatura, en un burdo intento por comprarse favores y afinidades para mantener el poder.

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